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 Próxima reunión:  13 de mayo de 2024

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 Los anhelos de una vida amorosa e intelectual inquieta que Gregorio alimentó en su juventud se habían esfumado cuando, convertido ya en un oficinista gris, conoce un día por teléfono a Gil, hombre modesto, maduro también, quien, tras largos años de exilio, acabó idealizándolo todo en mitos anacrónicos. Gil necesita a toda costa a un héroe-artista al que adherirse y, lentamente, consigue resucitar en Gregorio sus sueños juveniles y el deseo de convertirse en esa figura simbólica. Y ha lugar la metamorfosis de Gregorio en Faroni, personaje que ninguno de los dos nunca logró ser -ingeniero y poeta, triunfador, culto, políglota, apuesto, audaz en el amor, «progre»-, pero patética caricatura del artista trasnochado. Cuando Gil va por fin a conocer a Gregorio, éste ya no puede volver atrás. Estos dos adolescentes otoñales han emprendido juegos demasiado peligrosos, y fortificado el uno por la fe redentora del otro, ya no pueden sino fundirse para siempre en Faroni.

 Autor: Luis Landero

(Alburquerque, 1948) Novelista español. Los personajes de sus obras son seres corrientes que tratan de recuperar sus ilusiones perdidas por medio de la fantasía. Nacido en el seno de una familia campesina que emigró a Madrid en 1960, desempeñó los más diversos oficios para costearse los estudios de filología hispánica. Fue profesor en la Universidad Complutense, en un instituto de bachillerato y en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.
Con su primera novela, Juegos de la edad tardía (1989), ganó el Premio Nacional de Literatura y el premio de la Crítica. La obra se centra en el personaje de Gregorio Olías, un hombre maduro y fracasado que elabora un mundo imaginario con la colaboración de Gil, otro pobre soñador, dando lugar a la figura de Faroni, ingeniero y poeta imaginario, paradigma de la audacia y el éxito, que representa lo que ninguno de los dos protagonistas ha llegado a ser.
A continuación publicó Caballeros de fortuna (1994) y el ensayo El oficio de escritor (1994), donde reflexiona sobre su método de trabajo y su orientación literaria. En su tercera novela, El mágico aprendiz (1999), quien intenta convertirse en un héroe es Matías Moro, un oficinista cuarentón y solitario que, al contrario que Gregorio Olías, se ha acostumbrado a su vida y no necesita inventarse otras, pero a quien redime de la monotonía el amor de una jovencita.
La narrativa de Landero, que ha sido relacionada por la crítica con la novela intelectual novecentista, combina ironía, profundidad y ternura, a la vez que consigue un notable dominio en el diseño de caracteres y la presentación de situaciones. Según ha declarado el autor: "Todo lo que escribo está marcado por una especie de obsesión hacia las personas vulgares, que lo son sólo en apariencia, porque luego esconden un mundo de sueños y se lanzan a la aventura de trascender su propia existencia. Si tuviera que dar a mis novelas un calificativo, las llamaría existencialistas... Si es que se puede acomodar esa palabra a nuestro tiempo". Posteriormente publicó las novelas El guitarrista (2002) y Hoy, Júpiter (2007). (biografíasyvidas.com)

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